Texto
Rodrigo Allel
Chile

Ilustración
// To infinity and beyond //
Manuel Cabrera
México

to-infinity-and-beyond

// El espacio entre nuestros pensamientos. La clave para el desarrollo individual //

El desarrollo personal es uno de los temas más tratados en la actualidad y el gran interés que ha despertado está marcando el siglo que nos ocupa. Este tema se ha convertido en una herramienta esencial en nuestra sociedad, cuyos miembros la emplean para mejorar sus capacidades personales.

En la actualidad existe una tecnología y una información que no estaba disponible en el pasado, que está llegando a la gente de distintos modos y que les ayuda a comprenderse a sí mismos y a evolucionar en numerosas áreas personales: mejorar la conciencia sobre uno mismo y la capacidad de liderazgo, desarrollar fortaleza como persona, optimizar las riquezas, las habilidades sociales e incluso la salud, por nombrar solo algunos ejemplos.

Muchas empresas del mercado de los negocios incluyen este tipo de programas y en países como Reino Unido el concepto del desarrollo individual ocupa un lugar destacado en los centros universitarios, proporcionando al alumnado herramientas para la motivación, ética del individuo y la observación de uno mismo. El desarrollo individual también está reconocido como materia en estudios superiores, que conducen a la obtención de títulos como el de entrenador o mentor personal, cuya misión es la de ayudar a los demás a desarrollar sus puntos fuertes.

Todos queremos una vida mejor, ¿pero cómo conseguirla?

Con el fin de entender los puntos fuertes de cada persona es de vital importancia conocer en primer lugar las tres áreas que son la base para una evolución personal satisfactoria. Éstas son: el ego, las vivencias del pasado y las convicciones. Estas tres áreas ocupan un determinado espacio en nuestra mente, un espacio que es esencial para establecer unos objetivos claros y organizar nuestra vida fácilmente. Cuando ocupamos este espacio con pensamientos negativos, tendremos dificultad a la hora de obtener buenos resultados en cualquier cosa que nos propongamos.

1. Ego

El ego es la imagen que todos tenemos de nosotros mismos y que nos proporciona identidad. Esto parece un concepto neutral pero en realidad el ego es en muchas ocasiones el primer obstáculo para alcanzar la felicidad verdadera y el éxito en la vida. Socialmente, el ego puede generar reacciones no muy deseables hacia los demás y que no nos ayudan a cumplir los propósitos que nos hemos marcado. Cualquiera que haya alcanzado una meta importante en su vida no lo hizo totalmente por su cuenta, sino que lo consiguió gracias a la ayuda de otras personas de su entorno.

A nivel personal, mantener una relación sana con los demás nos proporciona la serenidad y paz mental que se necesita para poder centrarse en lo que de verdad nos importa a cada uno. Si dejamos que la negatividad inunde nuestra mente (prejuzgar, cotillear o chismorrear, etiquetar a la gente, gritar o chillar, y no muy alejado de todo esto, la violencia física), obstaculizamos nuestra capacidad creativa con estímulos negativos. Nuestro ego se alimenta de las opiniones no objetivas o las críticas que realizamos, teniendo como resultado el resentimiento de aquellos que juzgan y critican. Incluso aunque parece que nos hace sentir mejor en un primer momento, las quejas y las críticas esconden un gran resentimiento, que es el que desencadena esas mismas quejas y críticas. El resentimiento nos hace sentir amargados, indignados y ofendidos. Si dejamos que estos sentimientos ocupen espacio en nuestra mente estaremos bloqueando nuestras intenciones, creatividad y voluntad.

Cuando nos encontramos en actitud receptiva expandimos nuestra capacidad de vivir situaciones desde otro punto de vista, permitiendo así que el espacio libre en nuestra mente se llene de creatividad, proceso en el cual la cooperación con uno mismo tiene lugar.

Otra peculiaridad del ego es que parece estar muy ligado a los bienes materiales y al estatus social. El ego puede hacer que en ocasiones las personas deseemos cosas que realmente no queremos. Esto es porque el ego busca la satisfacción en los lugares equivocados, buscando siempre aquello que le puede producir más placer. Desde el punto de vista racional del ego, las etiquetas sociales y los bienes materiales forman parte de la identidad de una persona. La paradoja es que la satisfacción del ego es muy efímera y nuestro ego cada vez quiere más para sentirse satisfecho. Deshacernos de este vínculo no es posible, pero cuando dejas de buscar tu felicidad en este vínculo con lo material y tomas conciencia de él, éste desaparecerá por sí sólo. Creces como persona y este crecimiento es mayor que la necesidad de sentirte identificado a través de posesiones materiales.

2. Vivencias del pasado

Las vivencias del pasado pueden tener una influencia enorme en las decisiones que tomamos en el presente. Y es muy importante ser consciente de cómo el cerebro asimila y trata esta información del pasado. Mientras que el hemisferio izquierdo gestiona los recuerdos del pasado, la capacidad analítica, la lógica y el conocimiento empírico, el hemisferio derecho gestiona todo lo que está pasando en el momento presente a la vez que evalúa la calidad de dicha información como buena o mala, en función de la información que existe en el hemisferio izquierdo. Pero la gran parte de la información almacenada en el hemisferio izquierdo puede ser imprecisa, desfasada o marcada por el ego tal y como hemos explicado en el apartado anterior. Ser conscientes de este flujo de comunicación entre las dos mitades de nuestro cerebro nos resulta muy práctico a la hora de establecer nuestros objetivos de una manera clara, permitiendo que los dos hemisferios cooperen entre ellos y respondan de manera positiva a las situaciones del presente.

Hace poco escuché una charla de la neuroanatomista y autora Jill Bolte Taylor, en la cual hablaba de un ejemplo muy extremo que me hizo comprender las funciones de los dos hemisferios del cerebro con claridad. Explicó que, tras sufrir un grave derrame, sus funciones cerebrales se apagaron y perdió la capacidad para hablar, la movilidad y la conciencia sobre sí misma. Posteriormente fue recuperando todas esas funciones tras un periodo de ocho años. Jill dijo que “nuestro hemisferio derecho está diseñado para recordar cosas que ya están relacionadas entre sí. Para este hemisferio no existe el tiempo más que el momento presente y cada momento está lleno de sensaciones”. Entonces comencé a buscar historias similares a la de Jill, historias en las que alguien hubiese sido capaz de romper con el modo tradicional de conocer el mundo y hubiese experimentado algo extraordinario tras haber perdido las funciones del hemisferio izquierdo de su cerebro. Y fue así como di con el caso del autor de “Proof of Heaven” (Prueba del Cielo), el Dr. Eben Alexander, en el que un tipo severo de meningitis acabó con la capa superior de su cerebro, que es en la que tienen lugar los procesos cognitivos.

Ambos autores estudiaron en Harvard durante un largo tiempo, y los dos sufrieron problemas cerebrales y los superaron, regresando con un nuevo mensaje y con nuevas maneras de ver la vida. Y no es una coincidencia que sus experiencias captaran la atención de otros autores, investigadores y científicos y de miles de personas que estudian la forma de aumentar su nivel de auto-conciencia y que buscan despegarse de la manera conocida de pensar y de otros hábitos pre-concebidos.

Recibir la felicidad, la alegría y las oportunidades que te brinda la vida con los brazos abiertos es el resultado de una total aceptación de vivir el momento presente y esto no puede ser interrumpido por nuestros deseos que vienen y van. Cuando dejamos que las preocupaciones desaparezcan y encontramos cobijo en un lugar de nuestra conciencia comenzamos a notar cambios a nuestro alrededor y a transformar las circunstancias adversas de la vida en oportunidades.

3. Convicciones

Es de crucial importancia saber de lo que te crees capaz y lo que realmente crees que puedes alcanzar, porque al fin y al cabo eres lo que eres en este momento en función de tus convicciones. Y no solo de las convicciones que tienes de manera consciente, sino también inconscientemente, los pensamientos que te están impidiendo avanzar y vivir la vida que tú crees que deberías vivir. Y si por un momento dejas de escuchar esa musiquilla en tu subconsciente entonces será cuando comiences a actuar al margen de este sistema de convicciones. Esto sucede por ejemplo cuando creemos que no somos lo suficientemente buenos, listos, valiosos, etc., simplemente no nos consideramos “suficientes”.

No nos convertimos en lo que queremos, porque la mayor parte de ese “querer” reside en un espacio que no existe. Nos convertimos en lo que creemos. Tomamos nuestras decisiones en base a lo que creemos.

Se pueden cultivar maneras de erradicar cualquier convicción limitadora que actúa en contra de uno mismo como un auto-saboteador. También se puede encontrar una manera práctica de evaluar cómo te sientes con respecto a ciertos pensamientos y también qué nivel de convicción tienes respecto a ese pensamiento. A través de este sistema consigues liberar espacio en tu mente para tu imaginación, aceptación, compasión y amor en torno a ese pensamiento, y como resultado la fortaleza personal más pura emerge con fuerza.

Los budistas dicen que “el dedo puede indicarte dónde está la luna pero no es la luna”. Las palabras pueden llevarte a un concepto pero no a una experiencia. A través de la práctica aprendes más y tus problemas y tu ego desaparecerán del camino, permitiendo que tus deseos más puros salgan adelante. El desarrollo individual es una práctica de por vida en la que, mientras alcanzas un propósito, el camino hacia el cielo es como el propio cielo.

Rodrigo Allel

Rodrigo Allel nació en Chile. Estudió comunicación en la Universidad de Ryerson, Toronto, Canadá. Trabajó como director artístico y productor publicitario en Canadá y España. Actualmente estudia diversos temas de desarrollo individual y formas para lograr una sociedad más emprendedora. Trabaja en la emisora Deutsche Welle en Berlín.
Email: rodriallel@gmail.com / Twitter: @rodriallel

Manuel Cabrera

Manuel Cabrera nació en la Ciudad de México en 1986. Ahí estudió diseño gráfico en la Universidad Iberoamericana. Actualmente trabaja como diseñador e ilustrador independiente y termina sus estudios de arquitectura.

Agosto 2014
© Santacruz International Communication

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *